Cuando hemos decidido vencer la timidez, hemos dado el paso más importante para lograrlo. Estamos dispuestos a reconocer nuestros propios defectos y a modificarlos o vencerlos.
Si hemos tomado esa importante decisión, quiere decir que nuestro yo interior no es tan débil como suponemos
La reflexión importantísima. Primero pregúntate;
¿Cuál consideras el origen de tu timidez?
Si logramos sincerarnos con notros mismos, el avance habrá sido enorme, puesto que habremos descubierto que nuestros miedos originan nuestra timidez. Y esos miedos regularmente son infundados.
Pero si nuestra timidez no nos ha permitido “mirar” nuestra auténtica imagen, por lo menos habremos iniciado el sano ejercicio del auto análisis, mismo que deberá convertirse en una práctica habitual durante nuestro proceso de curación.
Por lo general, los tímidos aplican un criterio sumamente duro para juzgarse. No se perdonan nada. Sin saberlo iniciaron tiempo atrás un círculo vicioso de reprobación, aislamiento, confirmación y reprobación.
El círculo vicioso es el siguiente:
Reprobación: En una reunión no me permito opinar sobre cosas que desconozco.
Aislamiento: Las personas perciben mi “encapsulamiento” y no me invitan a una segunda reunión.
Confirmación: Al ser discriminado emocionalmente “confirmo” que efectivamente hice “algo” indebido por lo cual no fui invitado de nuevo.
Reprobación: En otra reunión endurezco aun mas mi juicio contra mí, haciendo más grande mi auto aislamiento. Las personas perciben mi “encapsulamiento” y no me invitan a una segunda reunión.
Ser crítico conmigo mismo no implica ser intolerante.
En algún momento deberás romper este círculo vicioso de la timidez. Y para ello deberás revisar:
- Que aspectos físicos de ti te averguenzan
- Que aspectos intelectuales de ti te incomodan.
Si por ejemplo te afecta tu gordura, tu estatura, tu pelo tus dientes etc. Deberás darte la oportunidad de mejorarlos; por ejemplo bajando de peso, arreglando tu dentadura con el dentista o encontrando un estilo de peinado para ti.
En cuestiones intelectuales no es pecado NO SABER. Muchos de los que incluso opinan, NO SABEN NADA. Solo tienen el desparpajo de decirlo sin temor al juicio.
Sin embargo para que todo esto funcione, lo más importante es que:
NO pienses constantemente en el juicio que los demás harán de ti.
Es imposible darle gusto al mundo. El único que sufre las consecuencias eres tú.
Refuerza tu autoestima.
La forma en que se piensa sobre uno mismo tiene profundos efectos sobre nuestra emocional, laboral y amorosa.
El auto concepto que nos hemos formado de nosotros mismos, ya sea positivo o negativo se origina en nuestros primeros años de vida. Y cuando nuestro auto concepto esta pobre, carecemos de la fuerza interior necesaria para enfrentarnos al mundo exterior.
Las personas que tienen una baja autoestima, son muy sensibles a las críticas negativas, ya que con ello confirman su creencia de que todo lo hacen esta mal. Creen que no valen, por lo cual tienen dificultad para recibir elogios de los demás.
La autoestima es algo que se va formando junto con el crecimiento de cada persona.
A lo largo de este proceso habrá que tener cuidado de no compararse con modelos idealizados. Una persona se puede frustrar si los modelos en que se fija son inalcanzables. Como por ejemplo, cuando una mujer desea tener un cuerpo topo “Barbie”.
Ganarle la guerra al “que dirán” no es fácil. Vivimos en una sociedad que marca modas y determinados éxitos por alcanzar. Si no usas tal o cual marca, tal o cual coche, no eres nadie. Debemos defendernos de todo esto, consolidando nuestro propio Yo aceptándonos tal y como somos, y si algo no nos gusta, intentar cambiarlo y mejorarlo.
Pero hay que tener criterio. Si los cánones de belleza masculina dicen que el hombre moderno debe ser delgado, moreno y alto, pero uno es obeso, bajo y con poco pelo, tendremos que aceptarnos tal y como somos.
Adaptarnos a lo que tenemos, tratando de cambiar en la medida de lo posible, nos permitira vivir con más confianza.
Nota: Consulta “Construyendo la autoestima” en estos mismos artículos.
José Trespalacios
SABER PARA CRECER

|