“Mi segundo órgano favorito es mi cerebro” Woody Allen
Las personas, al igual que Woody Allen, desconocemos que quien controla toda nuestra vida sexual es nuestro cerebro. No se puede sentir placer si el cerebro no lo permite. Si tu cerebro no está de humor para el sexo, el placer y el orgasmo serán imposibles.
Las fantasías sexuales que se desarrollan dentro nuestra mente le permiten al cerebro alcanzar niveles de excitación altísimos para sentir placer y llegar al orgasmo.
Muchas mujeres sufren de anorgasmia simplemente porque no permiten que pensamientos sucios “manchen ese momento tan romántico”. Así mismo muchos hombres sufren de eyaculación precoz porque sus pensamientos van mas de prisa que “la acción”.
Nuestra cultura machista nos ha hecho creer que las mujeres son menos sexuales y por lo tanto no piensan en sexo. Este estereotipo incluso se lo han creído algunas mujeres y por ello contienen sus pensamientos “sucios”, volviéndose anorgasmicas.
Pero si reconocemos que las mujeres son tan sexuales como los hombres, nos daremos cuenta de que ellas tienen tantos pensamientos perversos y fantasías sexuales como los hombres.
Sin embargo, si una mujer lleva mucho tiempo desconectando sus pensamientos íntimos del placer y las fantasías, le resultará difícil romper con este esquema y conseguir un orgasmo.
El orgasmo NO es un proceso mecánico; es un proceso mental y químico. Y por químico debemos entender “hormonas endógenas”. El cerebro controla la liberación de hormonas que hacen posible el orgasmo. Pero si las hormonas no están disponibles, aun los pensamientos y fantasías no serán suficientes para disfrutar del placer sexual. En este caso estaremos ante problemas orgánicos que deberán ser atendidos por un medico.
¿Y como son las fantasías sexuales femeninas? Ellas se excitan con un rango amplísimo que va desde la seducción romántica no sexual, hasta la violación y la tortura.
Un hombre que sabe lo importante que es la función del pensamiento y del cerebro en el sexo y conoce el amplísimo rango de excitación de las mujeres, prepara el terreno con seducción y romanticismo, para llegar finalmente a la loca excitación y la lujuria.
Muchas mujeres se quejan de que sus hombres “van a lo que van”.
Una mujer relata que cierta noche, cuando su marido llegaba de un largo viaje, preparó una cena sofisticada con velas, vino y música romántica. Escogió su mejor vestido y preparo una cama limpia y sugestiva. Cuando finalmente apareció su marido y miro las velas, la mesa y a su hermosa mujer, se brincó todos los pasos llevándola desesperadamente a la cama para hacer el amor. Hasta la fecha, la mujer sigue frustrada por ese “burdo asalto” y ha perdido el interés en “esos momentos románticos”.
A la mayor parte de los hombres nos parece innecesario “darle tanta vuelta” al asunto y vamos a lo que vamos. Pero si los hombres logramos empatarnos con la expectativa femenina y seguimos los pasos de la seducción, tendremos como compañera a “una mujer enamorada” con mayor predisposición para llegar al orgasmo.
Jose Trespalacios
SABER PARA CRECER
|